9/02/2014

Arduino, la revolución de las placas azules que se gestó en un bar italiano

Revolucionar el 'hardware' libre es lo que han conseguido Massimo Banzi, David Cuartielles y los otros tres cofundadores de Arduino, que jamás imaginaron la dimensión global que iba a adquirir su proyecto cuando, en 2005, comenzaron a trabajar en una placa barata y sencilla para enseñar electrónica a los alumnos del Instituto de Diseño Interactivo de Ivrea. El nombre homenajea a un bar, pero también a un rey, y el azul salió de las paredes de una antigua fábrica de Olivetti.


Construir para destruir. Edificar para derribar. Encajar para separar. Antagónicas y a la vez cíclicas dedicaciones de cualquier humano con pocas primaveras a sus espaldas. Mientras algunos aplicábamos esta filosofía de trabajo a los castillos de arena, el italiano Massimo Banzi, cofundador de la plataforma de 'hardware' libre Arduino, descubría con sus manos el apasionante universo electrónico destripando cada uno de los aparatos que pillaba por casa. "No jugaba mucho cuando era niño, me divertía desmontando objetos" señala Banzi a HojaDeRouter.com.
A los 8 años, Massimo no solo quería aprender cómo funcionaba todo, sino también cómo se construía. Lo consiguió con su particular anillo élfico, que aún conserva con cariño: el kit Lectronde Braun, un conjunto de piezas magnéticas, similares a fichas de dominó, que permitían a niños y adolescentes de los 60 y 70 montar circuitos electrónicos para fabricar desde una radio a un amplificador. Un invento del diseñador alemán Dieter Rams, defensor de la simplicidad y el funcionalismo que inspiraría a Steve Jobs y a su universo Apple, además de a Banzi, que conectaría los chips de su cerebro a partir de ese primer acercamiento a la electrónica.

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